El proyecto reflexiona sobre circulación de los comensales en el local. Combinando la orientación de las lamas y una iluminación funcional, se enfatizan las diferentes zonas del local.

El techo queda totalmente revestido mediante lamas de roble. Estas cambian de orientación puntualmente para comunicar y conducir al cliente. Utilizando una iluminación difusa cuando las lamas cambian de orientación, y una iluminación puntual cuando no.

El juego la horizontalidad y verticalidad pasa del techo a las verticales divisorias. Así como en el techo se utiliza el aglomerado rechapado en roble, las verticales son macizas.

El local se divide en dos zonas, la primera sirve de bar, mientras que la segunda como restaurante propiamente dicho. En esta ultima se ha diseñado un banco perimetral de mas de 23 metros que crea un ambiente optimo. Las mesas, contenedores y otros objetos, han sido también diseñados por el estudio.

Los materiales nobles como el vidrio blanco y la madera de roble son los verdaderos protagonistas en el proyecto.